Younithy - Compras 2.0
Younithy no es una tienda cualquiera. En cuanto entras en esta tienda de Westzijde en Zaandam, la diferencia entre esta propiedad y sus vecinos tradicionales resulta inmediatamente evidente.
Pequeños stands de diseños únicos de ropa, zapatillas personalizadas y atuendos deportivos de marcas de culto... Todo ello y mucho más se puede encontrar en este innovador comercio. Hay un bar de zumos con una acogedora sala de estar, un lugar de encuentro con un cómodo sofá y un ordenador con juegos, una peluquería y un estudio de tatuajes profesional.
La sala de fútbol en la parte trasera de la tienda es especialmente popular para unos buenos chutes después de la escuela. Uno podría pensar que se trata de un centro comunitario. “Es obvio que Younithy juega un papel comunitario”, explica el fundador, Casper Brans, con una gran sonrisa. “Nuestro concepto de tienda tiene objetivos comerciales y también sociales. Es un punto en el que además de comprar, puedes charlar, interactuar y jugar a fútbol con tus amigos. También realizamos eventos de forma regular, como presentaciones de productos, actuaciones espontáneas y sesiones de DJ. Ofrecemos a nuestros clientes una experiencia que les transmite una sensación de pertenencia. De ahí la fusión de palabras: You (tú) y Unity (unidad). Este mensaje es muy importante para los jóvenes de hoy en día."
El espíritu de equipo como punto de partida
Casper creó Younithy para apoyar el desarrollo de los jóvenes a través del emprendimiento. "La cultura juvenil actual está muy centrada en las cosas materiales y el interés propio. Los chicos ya no aprenden a hacer cosas que beneficien a su entorno, sin que haya algún tipo de recompensa. Nuestro equipo les muestra otra manera: uniendo fuerzas con los jóvenes, escuchando sus historias y chutando una pelota, creamos una estructura social en la que ganar dinero no es el objetivo principal. De hecho, nuestros emprendedores son a menudo modelos a seguir. Este concepto de tienda se desarrolló a partir de un proyecto anterior que Casper lanzó en un club de fútbol, Zaanlandia. Como padre de uno de los niños, se percató de que había muy poca conexión social entre los muchachos dentro y fuera del campo. “Todos estaban interesados en sí mismos. Apenas sonaba el silbato final, y todos se iban. No había espíritu de equipo, y sentí que esa era la causa de la disminución del número de miembros". Así que organizó una venta de muestra en la cafetería del club e hizo que los muchachos de entre 15 y 17 años vendieran la ropa esponsorizada. Los beneficios se destinaron al club y a otra organización benéfica juvenil. Fue un éxito rotundo: los chicos estaban entusiasmados y mucho más comprometidos entre sí. Posteriormente, Casper canalizó ese esfuerzo colectivo en este concepto de tienda, porque: "Los jóvenes son muy sociales y tienen ganas de hacer cosas los unos por los otros. Sólo hay que hallar el modo de estimularlos.”